El pasado sábado una noticia distribuida por Tomás García Azcárate (@Tgarciaazcarate) nos ha dejado impresionados, ya que coincide con un momento de dificultad para el sector lácteo de nuestro país, con el final de las cuotas lácteas, la caída de precios y las dificultades para la recogida del producto.
Esta noticia se puede consultar en inglés aquí, pero para un mejor acceso y comprensión hemos procedido a traducirla.-
Construyen en China una granja para 100.000 vacas
Una granja de 100.000 vacas se está construyendo en China.
La construcción de una granja de 100.000 vacas ha comenzado en China, según informa Russia Today, sitio web de noticias financiado por el Estado Ruso.
Se estima que el proyecto costará mil millones de yuanes o 145 millones € y está siendo levantado en la ciudad china de Mudanjiang.
La producción de la granja va destinada a abastecer el mercado ruso, según dijo a Interfax el lunes Zhang Chuntszyao, Presidente de la Asociación de Economía Aplicada de la provincia de Heilongjiang.
Una granja china, Zhongding Dairy Farming y una granja de Rusia, Severny Bur participan conjuntamente en el proyecto,
El pienso para el ganado se cultivará en 100.000 hectáreas de tierra en China y Rusia.
Recientemente, una empresa china llegó a un acuerdo para arrendar 115.000 hectáreas de tierra en Rusia para fines agrícolas y se espera que esta compañía invierta 450 millones $ en los próximos 50 años en el proyecto. En caso de que la primera etapa del proyecto en 2015-2018 resulte exitosa, la compañía china, Huae Sinban, planea arrendar 200.000 hectáreas más en Rusia.
Embargo ruso
Rusia también ha ampliado su embargo a la importación de varios alimentos, incluyendo productos lácteos, de la UE, los EE.UU., Australia, Noruega y Canadá.
La ampliación de la prohibición fue en reacción a la decisión de la UE de extender sus sanciones económicas contra Rusia por otros seis meses y en contra de Crimea por un año más.
Según Conor Mulvihill de ICOS, la decisión fue tomada en el contexto de continuas violaciones de alto el fuego de Rusia en Ucrania.
Las sanciones de la UE deben continuar hasta enero 2016.
Todo esto nos lleva a plantear algunas cuestiones:
- China y Rusia plantean la producción láctea como un sector estrictamente industrial, muy alejado del modelo europeo de agricultura, extendido por el territorio, diverso y CON AGRICULTORES.
- El tamaño es ciertamente impresionante, si tenemos en cuenta que en España contamos con poco más de 800.000 vacas de ordeño.
- Se trata de un acuerdo que nos muestra una alianza estratégica entre Rusia y China, sin duda potencias complementarias, una enormemente rica en recursos naturales, la otra, la gran potencia económica e industrial del siglo XXI.
- Aunque el sector agrario sigue expectante por una solución al embargo ruso, ya que Rusia era el segundo cliente de las exportaciones agroalimentarias europeas, esta noticia, junto con la reciente ampliación de dicho embargo, nos lleva a considerar esta situación más estructural que coyuntural. Esto se corroborá con la ausencia de avances políticos en la negociación UE-Rusia.
- Esta estrategia va a impactar también sobre el mercado mundial de productos lácteos, siendo China el primer importador mundial. Los planes del gobierno chino pasan por implantar 100 nuevas explotaciones en el período 2013-2018 con más de 800.000 vacas (Ver ponencia Hugo Quattrochi).
- En la era de la globalización estas estrategias se implantan con gran rapidez y en elevados volumenes, por lo que su impacto se deja notar antes de lo previsto. ¿Adecuará la Unión Europea su estrategia en el sector lácteo ante esta nueva situación? ¿Lo hará con la rapidez necesaria?
Recientemente la Comisión Europea ha publicado un documento sobre “La implementación del nuevo sistema de pagos directos”, basado en las notificaciones realizadas por los Estados Miembros (EE.MM.). Se trata de una presentación que aborda, de forma muy esquemática, las opciones de aplicación de la Reforma de la PAC que han elegido los distintos EE.MM.
El RPB es el nuevo sistema de ayudas desacoplado de la producción que sustituye al anterior Régimen de Pago Único (RPU). España ha optado por una aplicación regional del nuevo RPB, para lo que finalmente ha establecido 50 regiones tomando la referencia de 2013 y considerando las siguientes orientaciones productivas: cultivo de secano, cultivo de regadío, cultivos permanentes y pastos permanentes. Las regiones agrupan orientaciones productivas comarcales con similar potencial productivo. Una de las características de este modelo es que las regiones son discontinuas, dibujando un mosaico o puzle, tal como podemos observar en la siguiente imagen.
Otra de las características de este modelo es su rigidez, ya que no permite ceder derechos del RPB entre distintas regiones, ni tampoco cambios de superficies entre regiones, aunque en dicha superficie se haya modificado la orientación productiva. Asimismo, el sistema español ha buscado una convergencia atenuada, ya que los derechos de pago con valor por debajo del 60% de la media de la región, alcanzarán en 2019 ese 60%, a no ser que supongan pérdidas para los donantes superiores al 30% de sus importes. De esta forma, el volumen de los importes afectados por la convergencia es muy bajo (menos del 6%). Todo ello responde al objetivo político de “statu quo” o mantenimiento de las asignaciones establecidas con el Régimen de Pago Único.
¿Qué ha sucedido con el resto de países europeos? ¿Cómo han decidido aplicar el nuevo RPB? En este punto vamos a distinguir tres bloques:
1. Los Estados Miembros que han estado aplicando el Régimen de Pago Único por Superficie (RPUS) pueden optar por prorrogar dicho régimen hasta 2020. Son los países del Centro y Este de Europa que ya utilizan un pago por hectárea con tasa plana. Dichos países han hecho uso de esta opción y no adoptarán el nuevo RPB hasta 2021: Polonia, Bulgaria, República Checa, Rumanía, Eslovaquia, Hungría, Chipre, Estonia, Letonia y Lituania (10).
2. Otro grupo de EE.MM. han optado por aplicar el nuevo RPB a través de una única región: Bélgica (Flandes y Valonia), Alemania (regional 2015-2018 y región única en 2019), Dinamarca, Irlanda, Francia (con la especificidad de Córcega), Croacia, Italia, Luxemburgo, Malta, Holanda, Austria, Portugal, Eslovenia y Suecia (14).
3. Por último, los Estados que han realizado un aplicación regional del RPB son España (50 regiones), Grecia (Con tres regiones: pastos, cultivos herbáceos y cultivos leñosos), Finlandia (2 regiones) y Reino Unido (Inglaterra [3 regiones agronómicas], Gales [3 regiones], Escocia [3 regiones] e Irlanda del Norte [región única]) (4).
Conclusión: el sistema español de aplicación del RPB no es homologable a lo implementado en ningún otro Estado Miembro, ya que el número de regiones resulta comparativamente desmesurado, a la vez que dicha delimitación resulta inexplicable desde cualquier perspectiva agronómica, administrativa o socio-económica. Es un sistema que únicamente alcanza el éxito en su objetivo político principal: mantener el “statu quo”, es decir la actual distribución de los pagos directos. Se puede observar que aquéllos países que ha optado por la regionalización aplican criterios agronómicos y administrativos claros que permiten comprender de forma sencilla e intuitiva las regiones delimitadas.
Esta situación deja a España muy mal situada de cara a la próxima reforma de la PAC y con dificultad para encontrar argumentos para frenar la implantación de una tasa plana en el futuro. Por este motivo, sería aconsejable, una vez implantado el nuevo sistema de RPB, buscar la forma de revisar este sistema con un doble objetivo: simplificar el número de regiones y delimitar regiones agronómicas comprensibles.
A finales de 2012 publicamos una entrada en este blog en la que, en el apogeo de la crisis económica española, animábamos a recuperar el equilibrio perdido y no caer en la desmoralización y la desesperanza. Era (y continua siendo) un momento para que todos arrimemos el hombro y, en nuestro caso, para subrayar la importancia que el sector agroalimentario está teniendo en la reciente evolución de la economía española.
Nuestro análisis tiene un enfoque exclusivamente macroeconómico y por lo tanto, resulta limitado para describir una realidad económica mucho más compleja. Específicamente no abordamos las variables micro que mayor incidencia tienen en el bienestar de los ciudadanos como empleo, salarios o carga impositiva. No podemos olvidar la importancia de restaurar el equilibrio en las variables microeconómicas para conseguir una mejora sostenible de nuestra situación económica.
Con los datos definitivos, en 2011 la Cuenta Financiera de la balanza de pagos del Reino de España supuso un mayor endeudamiento del país con el exterior, en cerca de 30.000 millones €. Este endeudamiento adicional, absorbido íntegramente como déficit público ponía a la economía española en una situación de riesgo ante las instituciones europeas e internacionales y ante los mercados financieros.
Por el contrario, los datos provisionales del Banco de España para el año 2013 nos muestran una situación muy diferente que podemos observar en el siguiente cuadro.-
El Acuerdo del Consejo Europeo de 7/8 febrero de 2013 sobre el Marco Financiero Plurianual 2014-2020 (MFP 2014-20) culminó un debate de casi dos años, que se inició con una propuesta de la Comisión a mediados de 2011. Lo que estaba en juego eran los fondos que dispondrá la Unión Europea para financiar sus políticas durante estos 7 años y en lo que respecta al sector agrario, la Política Agraria Común (PAC). El debate ha continuado en España posteriormente, polemizando sobre si los agricultores españoles mantendrían en el futuro el mismo nivel de ayudas que recibieron en el periodo 2007-2013.
Lo primero que tenemos que decir es que el presupuesto comunitario total aprobado para 2014-2020 resulta, por primera vez, inferior al precedente. Queda establecido en 960.000 millones € (precios de 2011) frente a los 994.000 millones del período 2007-2013. Expresado en porcentaje de la Renta Nacional Bruta (RNB) comunitaria disminuye del 1,12% al 1%. Este ajuste se hace recaer en su totalidad sobre la rúbrica 2 del presupuesto, dónde están los gastos agrícolas, que disminuye en 47.500 millones €. El resto de rúbricas del presupuesto comunitario ven incrementados los recursos disponibles. Resulta desalentador comprobar cómo la Unión Europea no considera su agricultura un sector estratégico y la somete, con cada nuevo marco financiero, a mayores recortes, priorizando otras políticas. Esto contrasta con la atención creciente que prestan a la agricultura y la alimentación otras potencias mundiales.
Fuente: Comunicado de Prensa del Consejo de la UE de 2-12-2013 (15259/13)
Una vez hechas las consideraciones anteriores, pasamos a analizar la rúbrica 2 del MFP 2014-20, crecimiento sostenible-recursos naturales, dentro de la que se encuadra la Política Agraria Común. El Acuerdo del Consejo establece la continuidad del enfoque en dos pilares de la PAC: Pilar 1-ayudas directas y gastos de mercado (277,9 bn €) y Pilar 2-desarrollo rural (84,9 bn €).
La comparación de las cifras entre los dos períodos de programación 2007-13 y 2014-20 se traduce en un ejercicio de una enorme complejidad, entre otros, por los motivos siguientes:
- Los pagos directos se encuentran congelados en términos nominales y aunque la comparación que propone la Comisión Europea se establece en precios constantes de 2011, no ha habido nunca intención de actualizar estos pagos en base al incremento de la inflación.
- Los nuevos EE.MM. del Este de Europa han incrementado sus pagos directos escalonadamente en el período 2007-13 y los continuarán aumentando en el caso de Bulgaria y Rumania hasta 2016. También el MFP 2014-20 incluye a Croacia como Estado Miembro número 28 de la UE.
- El ámbito de gasto de la PAC en ambos períodos es diferente, ya no financia ciertas medidas sanitarias y veterinarias (2,2 bn €) ni la ayuda a las personas más necesitadas (2,5 bn €). En cambio, los agricultores ahora pueden acceder al Fondo Europeo de Globalización.
- La modulación obligatoria ha transferido fondos desde el primer pilar al segundo pilar de la PAC, variando la estructura inicial de ambos pilares.
- La reserva para crisis en el sector agrario, finalmente se ha incluido dentro de la rúbrica 2, lo que significa que si finalmente se utiliza este mecanismo, los pagos directos de los agricultores se recortarán usando el mecanismo de disciplina presupuestaria.
El desglose de la rúbrica 2 en detalle se puede observar en la siguiente tabla suministrada por el Parlamento Europeo:
Fuente: PE – European Council Conclusions on the MFF 2014-2020 and tthe CAP
En su estudio, el Parlamento Europeo hace una comparativa a precios de 2011 entre el gasto en el ejercicio 2013 y el previsto para el ejercicio 2020. De este cálculo obtiene que el gasto comprometido para ayudas directas y medidas de mercado en 2020 será un 13% inferior al de 2013. En el caso de las medidas de desarrollo rural, el compromiso resulta un 18% menor.
En este informe, la reducción más significativa es la que afecta a los gastos de mercado (-40%). Esta reducción solamente se podría considerar compensada en un sentido virtual a través de la creación de la reserva de crisis dentro de la rúbrica 2.
No obstante lo comentado anteriormente, desde algunos organismos y organizaciones hemos procedido a hacer un contraste entre ambos períodos de programación, comparando los 7 años del período anterior con el marco 2014-2020.
* El MAGRAMA hace su estimación exclusivamente para ayudas directas y compara los compromisos 2014-20 con la ejecución real 2007-2012 y las previsiones 2013.
De la observación de la tabla anterior podemos concluir que las distintas estimaciones son bastante consistentes y nos muestran un importante descenso de los fondos agrícolas en términos constantes para el nuevo período.
A partir de aquí, el debate se ha centrado sobre el impacto en España de la reducción global del gasto agrario de la Unión Europea. ¿Cómo va a afectar esta reducción a los pagos directos y de desarrollo rural que perciben los agricultores y ganaderos españoles?
Si tenemos en cuenta que las ayudas directas por hectárea en España se encuentran por debajo pero muy cerca del 90% de la media comunitaria, por el proceso de convergencia externa, se va a producir una pequeña ganancia de fondos de la PAC (3 €/Ha). También el Acuerdo del Consejo Europeo establece una asignación directa a España de 500 millones € dentro del pilar del desarrollo rural. De todas formas se trata de dos circunstancias que consolidan la posición española dentro de la redistribución de fondos entre los distintos EE.MM., pero que no suponen una ganancia neta significativa de fondos agrícolas. En consecuencia, los fondos agrícolas en España (ayudas directas + desarrollo rural), según nuestros cálculos, descenderán para 2014-2020 un -12% en términos reales respecto al período actual de programación. Como se trata de magnitudes teóricas (precios de 2011) y los períodos son de 7 años, al trasladarlas a magnitudes corrientes, que son las que realmente se utilizan para pagar a los agricultores cada año y utilizando un 2% de inflación, vemos que los fondos para España permanecen estables o incluso ligeramente al alza.
Estas proyecciones resultan congruentes con el cálculo efectuado por el Ministerio de Agricultura y que tenemos en la siguiente tabla.
Posteriormente, ha causado sorpresa la publicación del Reglamento 1181/2013 del Consejo de 19 de noviembre de 2013 que establece un porcentaje de ajuste de los pagos directos para el año 2013 del 2,45% (para los importes superiores a 2.000 €). Estos importes se pagarán en 2014 dentro del nuevo marco financiero. La Comisión lo justifica por la necesidad de respetar el sublímite del gasto “mercado y pagos directos” para el ejercicio financiero 2014 y dotar la reserva para crisis incluida en la rúbrica 2 (424,5 millones €). Se revela la necesidad de reducir 902,9 millones € de los pagos directos que pueden concederse a los agricultores europeos.
La aplicación en 2013 del mecanismo de disciplina financiera resulta muy ilustrativa, ya que en este año no hay ningún cambio en la política agraria respecto a años anteriores y lo único que varía es el régimen financiero al pagarse con el presupuesto 2014 del nuevo MFP 2014-2020. Hasta este momento no se había aplicado nunca la disciplina financiera y por tanto, podemos concluir que con los fondos aprobados a partir de 2014 no es posible seguir pagando las actuales ayudas de la PAC por insuficiencia de fondos. Es decir, no se mantiene el presupuesto en términos corrientes. En cualquier caso, este análisis está hecho a escala europea y hay que tener en cuenta que la reserva de crisis, de no utilizarse, será reintegrada a los agricultores.
En conclusión, el montante de fondos agrícolas europeos, en términos corrientes, permanecerá estable en España durante los próximos 7 años (lo que equivale a un recorte en términos reales del -12%) y lo que resultará clave a partir de ahora es su aplicación, con el objetivo de favorecer una agricultura más dinámica, innovadora y profesional,… Pero esto será objeto del próximo comentario.
Según Heródoto “Egipto es un don del Nilo”, rio que con 6.600 Km de longitud nace en los Grandes Lagos de África Central. Los egipcios construyeron una de las civilizaciones más ricas y evolucionadas de las Antigüedad asentándose sobre los últimos 1.300 kilómetros del cauce del Nilo, precisamente aquéllos que resultaban navegables, obteniendo a su vez una inmejorable vía de comunicación. El Nilo les aportaba el agua y los alimentos en un entorno rodeado por árido desierto.
Recordaba que cuando éramos niños estudiábamos lo que ha significado Egipto y el Nilo, su historia y civilización. Lo hacía mientras repasaba la carta de julio de 2012 de Jeremy Grantham “Welcome to Dystopia! Entrada en una crisis alimentaria de largo alcance y políticamente peligrosa” dónde situaba el foco en Egipto. En su carta, Grantham consideraba que Egipto era muy vulnerable a la crisis alimentaria debido a que el 40% de los ingresos de los hogares se destinan a la alimentación (en comparación con el 10-12% en los países desarrollados) y a su dependencia de las importaciones de trigo, al igual que todo el Norte de África. Egipto es actualmente un país de unos 85 millones de habitantes y una previsión de alcanzar los 140 millones para el año 2050, todos ellos concentrados en las riberas del Nilo. Actualmente Egipto es capaz de alimentar a unos 55 millones de habitantes con su propia producción agraria. Las preguntas que se hacía Grantham eran ¿qué va a pasar en el futuro con Egipto? ¿Cómo va a pagar los alimentos que necesita importar si ya padece un déficit en su balanza comercial de 25.000 millones $?. El autor proponía para Egipto el desarrollo de una agricultura sostenible capaz de alimentar a su propia población acompasándolo con una reducción de su tasa de fertilidad humana. La duda era si el país disponía de suficiente tiempo para ello, mientras pudiera financiar el desequilibrio de su balanza comercial con un mayor desarrollo de su producción de petróleo y gas natural. Porque para Grantham la crisis alimentaria global no es una perspectiva, sino que se ha implantado en el mundo actual, de forma que la confluencia de unas buenas cosechas únicamente nos permitirá tener uno o dos años de alivio.
Efectivamente, la situación económica de Egipto se ha ido deteriorando en los últimos años hasta llegar a una situación insoportable como podemos ver en los siguientes cuadros.
Esto se ha traducido en la vida real en escasez de combustible, aumento del paro, inflación al alza y falta de pan. Al final, todo ello ha conducido a la caída del Presidente Mohamed Mursi y a la compleja situación económica, política y social que vive el país en este verano de 2013.
También hay que destacar que en los últimos años, Egipto ha dejado de ser exportador neto de petróleo para pasar a ser importador, aunque sigue exportando gas natural. Tenemos que recordar aquí la estrecha relación entre la energía y la agricultura moderna y la correlación entre el precio del petróleo y el de las materias primas agrícolas (Vease el post ¿Qué sucede con el petróleo?). Los siguientes cuadros ilustran la producción y consumo de petróleo en Egipto y su producción e importaciones de cereales.
Aunque supone una simplificación evidente atribuir la situación actual en Egipto a las circunstancias relacionadas con la agricultura, la energía y los alimentos, no debemos obviar la importancia de estos fundamentos y el hecho de que la situación del país sería muy distinta si conservara una capacidad básica de alimentar a su población y una economía medianamente saneada. Por tanto, hay que tener en cuenta que la dependencia alimentaria es una variable extraordinariamente sensible para la estabilidad política y económica.
También resultan muy peligrosos desequilibrios estructurales en la balanza comercial y en la balanza por cuenta corriente, porque a la larga estrangulan la capacidad de financiación del Estado y, por tanto, su acceso a los mercados de productos básicos. En España hemos sufrido y todavía estamos padeciendo las consecuencias de una situación de este tipo (la famosa “prima de riesgo”).
Por último, es muy preocupante la rapidez con que la escasez de energía y alimentos llega a materializarse en inestabilidad política y económica y, a su vez retroalimentar crisis en el tablero geoestratégico global. Estos acontecimientos nos muestran la importancia vital de mantener una agricultura productiva en España y en Europa, sector que resulta más estratégico que nunca. También resulta esencial aprovechar el tiempo para desarrollar una agricultura y un sistema agroalimentario más eficientes y un modelo de consumo responsable, superando tiempos pasados en los que el derroche ha sido la norma.
En estos tiempos un visionario, en su acepción de persona que se adelanta a su tiempo o tiene visión de futuro, que utiliza datos, cuantifica y tiene sentido crítico, que rechaza eslóganes huecos y busca las fuentes de las que se extrae la sabiduría, tiene un valor incalculable cuando la verdad se entierra bajo toneladas de información banal y mentiras.
“La verdad es un cuchillo afilado, la verdad es una llaga incurable, la verdad es un ácido corrosivo. Por eso durante los días de su juventud y de su fuerza, el hombre huye de la verdad hacia las casas de placer y se ciega con el trabajo y con una actividad febril, con viajes y diversiones, con el poder y las destrucciones. Pero viene un día en que la verdad lo atraviesa como un venablo ....” Waltari, M. Sinuhé el egipcio
El pasado 26 de junio de 2013, la Comisión Europea, el Consejo y el Parlamento Europeo alcanzaron el Acuerdo sobre la Reforma de la PAC Horizonte 2020, que en lo que se refiere al capítulo de ayudas directas no comenzará a aplicarse hasta el año 2015. Respecto a la propuesta inicial de la Comisión Europea, el acuerdo final introduce una amplia flexibilidad para los EE.MM a la hora de la aplicación práctica de la Reforma, desnaturalizando el principio de “tasa plana” que tanta alarma causó en España. A pesar de ello, no debemos olvidar que los conceptos territorial, medio ambiental, de austeridad y desregulador en los que el Comisario Ciolos basó su propuesta, permanecen en el acuerdo final. En definitiva, en las negociaciones no se ha logrado cambiar el enfoque de la Reforma, sino solamente se ha conseguido más tiempo y mayor flexibilidad para alcanzar los objetivos propuestos.
Es precisamente el enfoque que asume la Reforma de la PAC, continuador de la línea de la Reforma de 2003, lo más preocupante para nosotros, ya que no incluye la contribución productiva, económica y social que hace que la agricultura sea un sector estratégico para Europa. En la Reforma de 2003 no se pensó en los intereses de la agricultura y los agricultores europeos, sino en adaptar la política agraria europea para posibilitar el Acuerdo de la Ronda Doha de la OMC. Ello ha conllevado un debilitamiento/desmantelamiento del sector agrario sin precedentes. Nunca , como en los últimos años, se había producido una caída de las rentas agrarias de esta magnitud, nunca se habían perdido tantos empleos en la agricultura y nunca el diferencial entre los precios pagados por los agricultores por los insumos y los precios percibidos por sus productos se había ampliado tanto.
Paralelamente, desde su comienzo a finales de 2007, el mundo se encuentra en un entorno de crisis alimentaria que ha supuesto que se multipliquen por dos los índices nominales de precios de los alimentos y de las materias primas agrarias. Pero los costes de producción de las explotaciones agrarias se han incrementado todavía en mayor medida, lo que explica el descenso de las rentas agrarias. En el conjunto de nuestro Planeta crece la preocupación por la producción y el abastecimiento alimentario y la agricultura se considera cada vez más estratégica. De cara al futuro, se prevé que los precios agrarios se mantengan firmes debido a una fuerte demanda con incrementos comparativamente menores de la producción (Véase OECD-FAO Agricultural Outlook).
Algunos países europeos y concretamente España, no podemos ignorar la vulnerabilidad que nos supone una situación de este tipo, agravada por la depresión económica que padecemos y por nuestra dependencia estructural de las principales materias primas agrícolas.
Por todo lo anterior, ante el inicio del debate para la aplicación de la Reforma de la PAC en España auspiciado por el Ministerio de Agricultura, es necesario no perder la ocasión de desarrollar una visión estratégica de la agricultura española y tomar las decisiones de aplicación de la Reforma de la PAC en coherencia con dichos principios.
A continuación, exponemos una modesta contribución a este debate.-
- En España se desarrolla una agricultura enfocada a la producción de alimentos de alta calidad y valor añadido, destinados de forma directa al consumo humano, mientras somos deficitarios en materias primas agrícolas que debemos importar del exterior. Es una agricultura en su mayor parte dependiente de los mercados y con una alta exigencia en calidad, innovación y eficiencia productiva. Estas producciones las efectúan explotaciones profesionales, productivas y preocupadas por la eficiencia y la calidad, en su mayor parte de carácter familiar y en permanente adaptación y modernización. Junto a este tipo de explotaciones coexisten otras explotaciones a tiempo parcial, con escaso peso desde el punto de vista productivo, pero que contribuyen en determinados casos y regiones a la vitalidad de las zonas rurales.
¿Deben los pagos directos destinarse prioritariamente a facilitar la viabilidad de las explotaciones productivas/profesionales? ¿En qué medida las ayudas directas deben contribuir a sufragar los servicios multifuncionales de las explotaciones profesionales y a tiempo parcial? ¿Debemos continuar con pagos directos generalizados a todos los solicitantes, incluso para aquéllos que no son agricultores, como un complemento de renta generalizado de carácter más social que profesional?
- Históricamente hemos denunciado que la PAC fue diseñada como una política a medida de los sectores agrarios continentales preponderantes en el Centro y Norte de Europa. Los sectores mediterráneos siempre han quedado en un segundo lugar, con unos niveles de apoyo muy inferiores a los continentales, cuando no excluidos de los pagos directos. Sin embargo, son estos sectores mediterráneos el estandarte de la producción agraria española. Correspondiendo a ellos muchas de las explotaciones más productivas, profesionales y eficientes. Ahora se nos presenta la oportunidad de incorporar completamente estos sectores al nuevo esquema de pagos directos de la PAC.
¿Deberíamos aprovechar la oportunidad de incorporar estos sectores de forma integra en el nuevo esquema de pagos directos de la PAC y así darles carta de naturaleza junto al resto de sectores agrícolas y ganaderos? ¿Es una oportunidad para equiparar sectores mediterráneos y continentales en el marco de la PAC? ¿Cuál es la fórmula para que los profesionales de estos sectores tengan un tratamiento equivalente al que se dispensa a sus colegas?
- Si bien el enfoque de la Reforma de la PAC gira sobre un modelo territorial-ambiental, puede ser muy interesante explorar el margen para introducir las consideraciones de tipo económico, productivo y social que condicionan nuestra agricultura. Para ello, el reglamento de la Reforma permite establecer regiones en base a criterios agronómicos, económicos o de potencial agrícola para la aplicación del nuevo régimen de pago básico. En consecuencia podríamos diseñar regiones con características productivas y agronómicas análogas, aunque no se podrían diferenciar cultivos.
¿Sobre qué características se deben diseñar dichas regiones? ¿Sería conveniente que estas regiones fuesen coherentes y se pudiesen explicar desde el punto de vista agronómico/productivo (Ej. Pastos de montaña, secanos de la Meseta, regadíos del Guadiana)? ¿O no importa que respondan a conceptos abstractos basados exclusivamente en un importe histórico de las ayudas? ¿De cara al futuro, se podrá defender de la misma forma una región agronómica coherente que una región que responde a un concepto histórico cuantitativo abstracto? ¿Debemos diseñar las regiones pensando en la PAC a partir de 2020 o simplemente, en base a un reparto de fondos sobre la base de la distribución actual?
- En la propuesta de la Comisión Europea, el nuevo sistema de pago básico presentaba dos novedades fundamentales respecto al actual sistema de pago único, en primer lugar, el establecimiento de unos derechos de pago uniforme o “tasa plana” y en segundo lugar, la desaparición de las referencias históricas a través de un nuevo reparto de derechos. Durante la negociación de esta propuesta, se ha conseguido flexibilizar estos principios y, en cierta forma, desnaturalizarlos. No cabe duda que se trata de un éxito para una agricultura tan diversa como la española, en la que destaca la importancia del regadío. No obstante, persiste el desafío de aplicar este nuevo régimen de ayudas, dentro de una política agraria común europea, que responda a una visión coherente de la actividad agraria y alcance un alto nivel de legitimidad. Para ello, pensamos que nos debe inspirar el objetivo de garantizar la viabilidad económica y el mantenimiento del potencial productivo de todos los sectores agrícolas y ganaderos y de los diversos territorios y sistemas de producción.
¿Se conseguirá el objetivo anterior mediante la consolidación del actual sistema de pago único que se está aplicando en España? ¿La consolidación del actual sistema de pago único o statu quo significa que la actual asignación de ayudas directas en España resulta óptima? ¿El objetivo político de mantener el cheque de las CC.AA. es de mayor rango que la búsqueda de la viabilidad económica de todas las explotaciones y sectores agrícolas?
- Los sectores ganaderos se encuentran por definición excluidos del nuevo régimen de pago básico. Esto es así porque las ayudas se asignan a la hectárea y no a la cabaña ganadera. De esta forma la ganadería accede a las ayudas de forma indirecta, a través de las hectáreas de pastos o cultivos destinados a la alimentación animal. En consecuencia, la situación de los ganaderos con el nuevo régimen de pago básico será muy variable y dependerá fundamentalmente de la base territorial que acrediten. Por otra parte, nuestro país es muy dependiente de la importación de materias primas destinadas a la alimentación animal, cereales y especialmente soja. Es un desafío recurrente el incremento de la producción propia de cultivos proteicos destinados a la alimentación animal. Asimismo, estamos buscando establecer vínculos que permitan un beneficio mutuo para los agricultores y ganaderos: mejora de la rentabilidad de las explotaciones, gestión del riesgo y beneficios medioambientales y sociales.
¿Deberíamos restringir la asignación de derechos de pago básico sobre superficies de pastos exclusivamente para las explotaciones ganaderas, así como su posterior solicitud y cobro? ¿Se debería priorizar la asignación de pagos acoplados a los sectores ganaderos? ¿Se debería vincular el pago acoplado a los cultivos proteicos a su efectiva utilización en explotaciones ganaderas?
El debate continuará en los próximos meses. Es importante que podamos avanzar sobre bases sólidas en el convencimiento que la agricultura es un sector estratégico.
La propuesta legislativa de la Comisión Europea para la Reforma de la PAC Horizonte 2020, contiene como elemento esencial en el capítulo de ayudas directas, el establecimiento de un nuevo sistema denominado Régimen de Pago Básico (RPB). El RPB tiene dos diferencias esenciales con respecto al actual Régimen de Pago Único (RPU) basado en referencias históricas que se está aplicando en España, en primer lugar, el establecimiento de derechos de pago uniformes en el seno de una región o Estado Miembro y, en segundo lugar, un nuevo reparto de los derechos, abandonando las referencias históricas.
Esta propuesta inicial se ha debatido por parte del Parlamento Europeo y del Consejo, adoptando en ambos casos enmiendas que flexibilizan su aplicación, en el caso del Parlamento Europeo a través de un margen del ±20% con respecto al valor uniforme de la región o Estado Miembro y en el caso del Consejo, asimilando la convergencia interna a los mismos parámetros establecidos para la convergencia externa entre EE.MM.
Este debate está teniendo su continuación en los “trilogos” entre la Comisión, el Parlamento y el Consejo, permaneciendo el asunto de la convergencia interna como un importante elemento de desencuentro. En el Consejo Informal de 27 y 28 de mayo de 2013 este enfrentamiento se ha hecho más patente que nunca y el Ministro español, Miguel Arias Cañete, aseguró que España no puede permitir la convergencia interna de hasta el 75% que exige la Comisión Europea. En este caso, España no podrá votar a favor de la reforma de la PAC.
Llegados a este punto, puede resultar interesante un análisis técnico de lo que implicaría para España un nivel de convergencia interna del 75% y las posibilidades de regionalización que ello nos permite. Como se puede observar en el siguiente cuadro, con un porcentaje de variación de ±25% sobre la tasa plana en cada región, necesitaríamos establecer 7 regiones para completar un espectro de ayudas por hectárea que van desde los 36 a los 1.475 €. Este espectro incluiría al grueso de los agricultores y ganaderos españoles que perciben actualmente ayudas del RPU, excepto a aquellos que por diversas circunstancias, dispusieran de derechos de alto valor por encima de los 1.500 €.
Como hemos visto, este ejercicio es relativamente sencillo y dejaría para el debate la forma de encuadrar a los distintos agricultores y ganaderos en sus respectivas regiones. Se nos ocurren inicialmente dos posibilidades:
1. En función de los importes actuales de RPU que esté percibiendo cada agricultor y ganadero, se le asigna automáticamente un montante del tramo de la región correspondiente. Este método respetaría el statu quo, pero tiene el inconveniente de generar regiones aleatorias y discontinuas que no estarían vertebradas por las características “agronómicas, socio-económicas o potencial productivo” que definirían una región según la propuesta de la Comisión.
2. Se buscaría definir regiones coherentes en función de sus características “agronómicas, socio-económicas o potencial productivo”, tal como establece la propuesta de la Comisión y a continuación, se encuadraría a los agricultores y ganaderos en la región que les correspondiera, aprovechando la flexibilidad que ofrece el margen de ±25% sobre la tasa plana para asignarles importes dentro del tramo en función del montante de RPU que estén percibiendo actualmente. Este método solamente respetaría el statu quo parcialmente, pero permitiría generar regiones continuas y cohesionadas.
El debate, sin duda, será mucho más amplio que esta simple aproximación técnica, así como también se podrán encontrar muchas variantes sobre lo anteriormente expuesto.
A mediados de este mes de febrero el Presidente Obama, José Manuel Durao Barroso y Herman Van Rompuy anunciaron el inicio de las negociaciones para lograr un Acuerdo Trasatlántico de Comercio e Inversión entre los EE.UU. y la UE. Estas negociaciones se lanzan sobre la base del Informe Final del Grupo de Trabajo Conjunto de Alto Nivel sobre Empleo y Crecimiento.
El objetivo de este Acuerdo será eliminar aranceles, abrir los respectivos mercados a la inversión, los servicios y los contratos públicos, pero principalmente busca homogeneizar estándares y requisitos para comercializar bienes y servicios. La adaptación a los requisitos técnicos, medioambientales, sanitarios, legales o de cualquier otro tipo supone una barrera “no arancelaria” al comercio y la inversión mucho más desalentadora que el propio arancel. La UE y EE.UU. se han dado un plazo de dos años para abordar cuestiones que han provocado enorme controversia estos últimos años, afectando algunas de ellas de forma directa al sector agrario, como los Organismos Modificados Genéticamente (OGMs) y la carne de ganado alimentado con hormonas de crecimiento.
Aunque no se le ha dedicado demasiado espacio en los medios, ni ha sido objeto de análisis detallados, esta noticia es de una gran importancia estratégica y va a determinar el curso del proceso en el que estamos inmersos y que se conoce como globalización. Por este motivo, son imprescindibles algunas reflexiones, que en este post serán de tipo general:
- Según los datos del Banco Mundial, la UE y EE.UU. son todavía las dos mayores potencias económicas y comerciales del mundo y entre ambos acumulan el 39% del PIB mundial y el 27,4% del comercio mundial de mercancías (Datos de 2011).
- Una vez alcanzado el acuerdo de libre comercio entre la UE y EE.UU., es previsible su extensión inmediata a toda Norteamérica a través del acuerdo NAFTA (Canadá y México) y al resto de Europa mediante el acuerdo EFTA.
- El Acuerdo Trasatlántico de Comercio e Inversión sería la respuesta de Occidente al declive que está sufriendo en el marco de la economía global a favor de las economías emergentes. Según la OCDE, sobre la base de paridad de poder de compra en 2005, el PIB de China e India pronto superará al de los países del G-7. En 2060, el PIB de China y la India superará el PIB total de todos los miembros actuales de la OCDE. Adicionalmente otros datos y proyecciones nos muestran cómo están evolucionando el comercio y el PIB a nivel mundial, algo que resulta muy preocupante para las potencias occidentales hegemónicas. Por último, podemos ver que se prevé una explosión de la clase media en las economías emergentes, específicamente China. (Ver documentos adjuntos a este post).
- El funcionamiento institucional de este futuro acuerdo de libre comercio plantea numerosos interrogantes para la UE, teniendo en cuenta la debilidad política de la Unión y su escasez presupuestaria (el presupuesto comunitario es 20 veces inferior al estadounidense). La UE se está enfrentando a un reto histórico sin disponer de los instrumentos adecuados para afrontarlo adecuadamente, sometida a una parálisis del proyecto europeo y un cada vez más extendido euroescepticismo (a su vez cebado por el abandono del proyecto de construcción europea). ¿Se conformará la UE con un papel subordinado a los EE.UU.?
- El objetivo del acuerdo es eliminar las barreras al comercio entre los dos grandes bloques. Quizá lo que va a resultar más sencillo es eliminar los respectivos aranceles y contingentes a la importación de mercancias (las barreras arancelarias medias están en el entorno del 5%). El gran desafío reside en las barreras no arancelarias y los elementos regulatorios: medidas sanitarias y fitosanitarias, reconocimiento mutuo de certificaciones técnicas, derechos de propiedad intelectual, derechos laborales, medioambiente, política de competencia, empresas estatales y múltiples elementos de carácter regulatorio que afectan al comercio y la economía.
- El comercio internacional es el vértice dónde convergen la economía, el derecho internacional y la política estratégica de las naciones y los bloques y alianzas. El comercio internacional es también uno de los elementos esenciales (no el único) que caracterizan lo que llamamos globalización. Una vez paralizada la Ronda Doha de la OMC, podemos analizar esta negociación para la creación de un gran bloque de libre comercio como una alternativa para establecer un orden mundial que determine el flujo de bienes y servicios en nuestro Planeta y también como un intento de preservar la supremacía económica, tecnológica y militar de las potencias occidentales, en concreto, los EE.UU.
- Para finalizar, nos preguntamos qué país del mundo se arriesgará a quedarse sin acceso de este gran Mercado Trasatlántico si finalmente se establece. ¿Qué país estará en condiciones de rechazar los elementos regulatorios exigidos para el acceso de bienes y servicios? Estos elementos regulatorios los van a decidir en exclusiva la UE y los EE.UU. y serán cada vez más exigentes, detallados y ambiciosos. ¿Buscarán las potencias emergentes una alianza estratégica para contrarrestar este movimiento de las potencias occidentales? ¿No estamos asistiendo, por primera vez, a una voluntad expresa de encauzar la globalización?
Este blog se plantea el objetivo de ver más allá en cuestiones de agricultura y alimentación, a modo de foco que nos permita iluminar el camino por el que transitamos cada vez a mayor velocidad. Para lograr esto algunos recurren a los videntes y las ciencias ocultas, otros se dejan llevar por la intuición y los presentimientos o la tormenta de ideas en torno a una taza de café, pero nosotros preferimos basarnos en cifras, en tendencias, en proyecciones, incluso en imágenes parciales de una realidad compleja. No obstante, somos conscientes de que muchas veces estamos, simplemente, especulando (al menos, nótese que de forma documentada).
Por este motivo nos encanta acceder a documentos como Global Trends 2030, que despiertan nuestra imaginación y nos permiten ver mundos alternativos. Desgraciadamente, con total seguridad, al final el mundo no será cómo aquí se dibuja, por lo que aconsejamos, después de dejar volar la imaginación, volver inmediatamente al mundo real. Como curiosidad, el propio informe describe cisnes negros, sucesos inesperados que lo podrían cambiar todo: pandemia catastrófica, aceleración del cambio climático, colapso del euro, democratización o colapso de China, la evolución de Irán, guerra nuclear/ciberataques, tormenta solar geomagnética o retraimiento del poder de EE.UU.
El pasado diciembre de 2012 el National Intelligence Council (NIC) de los EE.UU. publicó su informe Global Trends 2030: Alternative Worlds. El NIC es el órgano de pensamiento estratégico de la inteligencia de los EE.UU. y su nexo con el mundo político. Uno de sus informes más importantes es el llamado Global Trends, elaborado para la toma de posesión del Presidente de los EE.UU., siendo Global Trends 2030 el 5º informe de la serie. Estos informes estratégicos orientan la toma de decisiones políticas, identificando elementos críticos y escenarios alternativos que conformarán el mundo en el medio-largo plazo.
El informe Gobal Trends 2030 prevé una transformación radical de nuestro mundo para el año 2030 e identifica cuatro megatendencias que implicarán enormes cambios estructurales. Son las siguientes:
- Incremento del poder de los individuos: es algo que se acelerará en los próximos 15 años con la emergencia de una clase media a escala global que constituirá una mayoría dentro de la población mundial y el uso de las nuevas tecnologías.
- Difusión del poder de los Estados, con el declive de América del Norte y Europa y la emergencia de Asia y otros países emergentes. Para 2030, China será la principal economía del Planeta sobrepasando a los EE.UU.
- Cambios demográficos: para 2030 el mundo contará con 8.300 millones habitantes que contemplarán una sociedad mucho más envejecida (especialmente en Occidente), grandes migraciones y creciente urbanización del mundo en desarrollo.
- Creciente vinculación entre alimentos, agua y energía, así como incremento en la demanda de alimentos (+35%), agua (+40%) y energía (+50%), debido al aumento de la población mundial y a los patrones de consumo de una clase media en expansión.
Aunque los enormes cambios que se derivan de las megatendencias son suficientes para haber transformado el mundo hacia 2030, el informe identifica también 6 desafíos radicales que serán claves en la conformación del mundo en los próximos lustros:
- La resolución de la crisis de la economía global: ¿Nos llevarán las divergencias entre las distintas economías a un colapso o bien, el desarrollo de múltiples centros de crecimiento económico incrementará la resistencia del orden económico global?
- La brecha en la gobernanza: ¿Podrán los gobiernos e instituciones internacionales actuales ser capaces de adaptarse con suficiente rapidez para aprovechar estos cambios en lugar de ser sobrepasados por los mismos?
- El incremento del potencial de conflictos: ¿Inducirán los rápidos cambios y vuelcos de poder más conflictos dentro de los países y entre los países?
- Amplio espectro de inestabilidad regional: ¿Crearán estas dinámicas una mayor inestabilidad global, especialmente en Oriente Medio y el Sur de Asia?
- El impacto de las nuevas tecnologías: ¿llegará a tiempo el desarrollo de nuevas tecnologías para afrontar un incremento de la productividad económica, así como afrontar los problemas causados por la escasez de recursos, el cambio climático, las enfermedades crónicas, el envejecimiento de la población y la rápida urbanización?
- El papel de los Estados Unidos: ¿Serán capaces los EE.UU. de colaborar con otros países para reinventar el orden internacional, asumiendo nuevos roles en un orden mundial más horizontal?
A partir de todo esto, el informe elabora cuatro escenarios que serían las posibles salidas que el Planeta adoptaría para 2030. No vamos a profundizar en ellas, sino en el análisis de la megatendencia que mayor trascendencia tiene para la agricultura y la alimentación.
CRECIENTE VINCULACIÓN ENTRE ALIMENTOS, AGUA Y ENERGÍA
Para el NIC, la creciente vinculación entre alimentos, agua y energía, en combinación con el cambio climático, tendrá efectos de largo alcance sobre el desarrollo global en los próximos 15-20 años. El incremento de la población mundial, la extensión de la clase media y la urbanización, incrementarán la presión sobre recursos críticos, particularmente agua y alimentos. También la seguridad de suministro de agua y alimentos se verá comprometida por el cambio climático.
El informe se muestra convencido de la necesidad de ser proactivos para evitar escasez en el futuro, mejorando la gestión, los mecanismos políticos y el uso de las tecnologías. Llama la atención sobre la inexistencia de marcos internacionales efectivos que eviten los embargos a la exportación, que muchas veces exacerban los problemas de suministro de alimentos.
Considera que no se pueden abordar los problemas de uno de estos recursos por separado sin tener en cuenta los otros dos, por ejemplo, la agricultura depende en gran medida del acceso al agua y a la energía (por ejemplo fertilizantes). En cuanto a los biocombustibles, consideran que amenazan con exacerbar los efectos de las crisis alimentarias.
Si hacemos una extrapolación de las tendencias de consumo per cápita, obtenemos que la demanda de alimentos crecerá un 35% para 2030. Sin embargo, el mundo ha consumido más alimentos de los que ha producido en 7 de los últimos 8 años. Las necesidades de agua aumentarán un 40% para 2030 y cerca de la mitad de la población mundial vivirá en zonas con estrés hídrico. El desarrollo económico en los países emergentes conducirá a una dieta con más proporción de carnes, lo que implicará mayor necesidad de grano y mayor presión sobre el agua (el agua requerida para producir carne es mayor que su equivalente en grano u otros vegetales). La rápida urbanización también competirá por los recursos básicos de agua y tierra. A ello hay que añadir la presión de la producción de biocombustibles. Otro aspecto esencial que condicionará la disponibilidad de alimentos y agua es el cambio climático.
Dada la limitada disponibilidad de nueva tierra agrícola, la mejora de la eficiencia productiva será esencial para abastecer las necesidades globales de alimentos. No obstante, el informe observa grandes riesgos para que la producción agraria pueda satisfacer la demanda emergente, lo que tendría evidentes repercusiones económicas, sociales y geopolíticas (especialmente preocupante como detonante de un descontento social preexistente). También prevé un incremento del precio de los alimentos, así como una mayor volatilidad. Los más afectados por esta situación serían los países pobres importadores de alimentos (Bangladesh, Egipto, Sudán).
En cuanto a la energía, los expertos están seguros de un dramático incremento de la demanda del 50% en los próximos 15-20 años. Las esperanzas están puestas en el desarrollo de producciones no-convencionales de petróleo y gas, que ya empiezan a ser significativas. De tal forma que ya se empieza a hablar de la independencia energética de los EE.UU. en 10-20 años. El gran problema de este tipo de explotación es su gran impacto ambiental. (Véase el post en este blog “¿Qué sucede con el petróleo?”).
Es un hecho que la energía es el elemento central en la agricultura moderna, tanto si se trata de insumos o suministros directos (gasóleo, electricidad, gas natural), como si se utiliza de forma indirecta a través de otros insumos (fertilizantes, piensos, lubricantes), dentro de la cadena agroalimentaria (industrialización, transporte, cadena de frio) y en los últimos años, por el lado de la demanda, en la producción de agrocarburantes. Y cuando hablamos de energía estamos hablando sustancialmente de petróleo, la piedra filosofal que ha cambiado el mundo.
Existe una relación directa entre el índice de precios de los alimentos y el índice de precios del petróleo según los datos del Fondo Monetario Internacional (FMI). En la siguiente gráfica podemos observar la evolución de estos índices desde 1992 hasta la actualidad, existiendo un coeficiente de correlación lineal entre ellos de 0,89.
Así, hemos recibido con sorpresa el informe anual que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) publicó el pasado 13 de noviembre. A primera vista, dicho informe certifica el éxito técnico y la viabilidad económica de las tecnologías que permiten extraer los petróleos de esquisto y gracias a esto, prevé que los EE.UU. se conviertan en el primer productor de petróleo del mundo hacia 2020 y en exportador neto hacia 2030. La trascendencia para el futuro de la humanidad de dichas previsiones ha ocasionado una enorme algarabía mediática, seguida de múltiples análisis sobre las implicaciones económicas y geopolíticas de este hecho en la escena mundial. También ha llamado la atención de los agricultores por las implicaciones que se derivan para la producción agropecuaria de cara al futuro. Por este motivo, es necesario hacer en primer término una serie de consideraciones.-
- Las técnicas de explotación de formaciones de rocas compactas y esquistos bituminosos están disponibles desde hace tiempo, lo que ahora resulta novedoso es su viabilidad económica debido a los altos precios del petróleo. Es decir, esta explotación petrolífera no es viable económicamente con precios bajos del petróleo o, lo que es lo mismo, para que se pueda aplicar con éxito los precios del petróleo se deben mantener necesariamente elevados.
- No podemos dejar de considerar los problemas ambientales que causan las explotaciones no convencionales de gas natural y petróleo, ya que la técnica de extracción conocida como fractura hidráulica o fracking introduce grandes cantidades de agua y compuestos químicos en el subsuelo que pueden llegar a contaminar los acuíferos y comprometer el suministro de agua potable.
- La extracción del petróleo de esquisto se caracteriza por un declive mucho más rápido que la producción convencional y la necesidad de estar perforando continuamente nuevos pozos.
- La AIE hace sus previsiones en un escenario central de “implementación de nuevas políticas”, que consiste en la puesta en marcha de políticas proactivas por parte de los gobiernos para mejorar la eficiencia y disminuir el gasto energético. Estamos hablando de un profundo descenso en el consumo de energía que para los EE.UU. prevé pasar de 805 millones t. de petróleo (Mtoe) en 2010 a 558 en 2035 (-31%) y para la UE de 569 Mtoe de petróleo en 2010 a 417 en 2035 (-27%). No cabe duda de que un descenso en el consumo energético de este calibre tendrá muy serias repercusiones para la economía de los países occidentales.
- En el siguiente gráfico de la AIE podemos observar la previsión de producción de petróleo para los próximos años en el escenario central de "implementación de nuevas políticas".
Desde el punto de vista del sector agrario resulta imprescindible avanzar en una estrategia energética, tanto a nivel español como europeo, en relación a los siguientes aspectos:
- Abastecimiento energético y papel de las energías renovables. Dependencia energética de las explotaciones agrarias.
- Escenario de precios energéticos.
- Producción energética por parte de las propias explotaciones agrarias.
- Acceso a fertilizantes y piensos.
- Cambios de cultivos y cambios en la producción agraria.
- Eficiencia energética y optimización de costes.
- Intercambios locales y complementariedad cultivos/ganadería.
- Crisis alimentaria.
La gravísima situación económica que atraviesa el país invita a no pocos de nosotros a la desmoralización y la desesperanza, en línea con el carácter pendular que nos caracteriza por estos lares. Por este motivo, resulta imprescindible un análisis frio, con los datos desnudos, que nos indique exactamente dónde estamos y cuánto nos falta para recuperar el equilibrio perdido. En estos tiempos, la economía de los países depende de la capacidad que tengan para mantener el equilibrio de todas las variables macro y micro que describen la actividad económica. Este equilibrio es inestable y necesita ajustarse continuamente.
Por otra parte, tenemos que pensar en la aportación que podemos hacer cada uno de nosotros para mejorar la situación actual y concretamente, en nuestro caso, en la gran contribución que está realizando el sector agroalimentario para reequilibrar las cuentas económicas y financieras del Estado.
Para analizar todo ello vamos a partir de las cifras macro que describen la economía real, cuya mejora es el camino más duro, pero también más realista y sostenible para mejorar nuestra situación económica.
> Empecemos por las cifras que nos facilita el Banco de España en relación a la Balanza de Pagos.
En el cuadro anterior tenemos una visión completa de la Balanza de Pagos en 2011 del conjunto del Estado, cuyo saldo por definición siempre es cero. Para ello, la Cuenta Financiera equilibra la Balanza de Pagos, mejorando o empeorando la posición financiera del país. En 2011, la posición financiera española ha empeorado en 35.760 millones €, lo que al final se ha traducido en un mayor endeudamiento del país con el exterior, principalmente público (teniendo en cuente además que el saldo de inversión extranjera directa se ha comportado de forma negativa). Este endeudamiento adicional, a unos tipos de interés más elevados implica un deterioro de la balanza por cuenta corriente (capítulo de rentas) generando un círculo vicioso.
Si como nos dicen nuestros socios comunitarios y las instituciones financieras internacionales, el cumplimiento de los objetivos de déficit público es esencial para ganar credibilidad y superar la crisis de financiación del Estado, resulta imprescindible avanzar en el reequilibrio de la balanza por cuenta corriente, para lo que necesitamos incrementar el cociente exportación/importación. Para ello, se pueden reducir las importaciones (algo que ya ha sucedido y está sucediendo), con los consiguientes problemas en relación a algunos productos de demanda rígida (energía, insumos tecnológicos, etc.) o bien continuar la senda de incremento de las exportaciones.
Es en este punto dónde el sector agroalimentario está realizando una gran contribución, con el 13% de las exportaciones totales de mercancías en 2011 y saldo comercial positivo. Este sector está aportando liquidez a la economía española cuando más se necesita y realizando una enorme contribución para superar la crisis económica. Resulta paradójico que paralelamente el sector productor agrario se encuentre sometido a una fuerte crisis de rentas (principalmente por el incremento desmesurado de los costes de producción) y sin instrumentos para mejorar su posición en la cadena de valor agroalimentaria, a la vez que se ve sumergido en un mercado globalizado de productos agrarios sin instrumentos de estabilización. Es necesario cuidar a los agricultores y ganaderos, sin ellos, todo lo anterior no sería posible.
Desde la Reforma de la PAC de 1992, la UE ha estado reduciendo su apoyo a los precios agrícolas y los pagos directos ligados a la producción. De tal forma que los precios internos europeos convergen progresivamente con los precios mundiales de las materias primas agrícolas. Asimismo la ayuda interna notificada por la UE a la Organización Mundial del Comercio (OMC) se ha reducido también considerablemente: en la campaña 2007, la UE ha notificado una Medida Global de Ayuda Total Corriente (MGA) de 12.354 millones €, cuando el límite comprometido es de 72.244 millones €.
Se puede observar en el gráfico anterior cómo la UE, a partir de 2004 con la puesta en marcha de la Reforma Intermedia de la PAC, ha ido transformando su “caja azul” (pagos por hectárea y cabeza de ganado) en “caja verde” (Régimen de Pago Único por explotación), es decir, medidas que según la OMC tienen efectos mínimos de distorsión sobre el comercio y se pueden aplicar libremente. A su vez el apoyo ligado a los precios ha continuado descendiendo. Cómo los últimos datos notificados corresponden a 2007 no contemplan el comienzo de la crisis alimentaria y la consiguiente subida de precios de las materias primas agrarias que continúa hoy día. Por tanto, la actual MGA Total Corriente de la UE sería en el ejercicio actual muy inferior a los 12.354 millones € notificados en 2007. En consecuencia, la UE tiene un margen de más de 50.000 millones € para articular libremente el apoyo a la agricultura dentro de los compromisos suscritos en la OMC.
Vistos estos datos, resulta sorprendente la insistencia de algunas instituciones comunitarias, a pesar de que la Ronda Doha de la OMC está bloqueada, en supeditar la actual Reforma de la PAC a un encuadre estricto de cualquier apoyo a la agricultura dentro de la “caja verde” de la OMC. Nos referimos concretamente a un elemento esencial de la Reforma de la PAC 2013, la definición de agricultor activo. Para España resulta esencial que los apoyos se focalicen en la agricultura productiva y profesional, que en los últimos años sufre una fuerte crisis que está poniendo en peligro su viabilidad económica. Tenemos más de 900.000 perceptores de pagos de la PAC, mientras países como Francia o Alemania no llegan a los 400.000. Esto supone una distorsión importante que pone a nuestras explotaciones agrarias en inferioridad de condiciones respecto a las francesas y alemanas.
Así, la definición de agricultor activo que ha planteado la Comisión Europea en su propuesta de Reforma de la PAC es totalmente ineficaz, ya que no considera los ingresos que el agricultor obtiene de la actividad comercial agraria, porque según aduce, este requisito infligiría el criterio exigido en la “caja verde” de la OMC. Una definición muy sencilla es la correspondiente a agricultor profesional: alcanzar un umbral de ingresos de la actividad comercial agraria equivalente al 25% de los ingresos totales. Definición que estamos utilizando para asignar algunas ayudas de desarrollo rural en el marco del segundo pilar de la PAC y que se declaran como “caja verde”. En suma, entendemos que la definición de agricultor profesional no tiene por qué colisionar con los criterios de la “caja verde” de la OMC y así podría ser notificada sin mayor problema. En todo caso, esta notificación debería ser impugnada por alguno de nuestros socios comerciales y considerada no conforme a los acuerdos por un panel de expertos, y aún así, estaríamos dentro del límite comprometido por la UE para su MGA Total Corriente.
Contrasta todo esto con la siguiente noticia aparecida recientemente (VER). En ella se informa de que el Gobierno noruego se propone cambiar el actual arancel de tasa fija por Kg. a un sistema de aranceles de porcentajes variables según la cantidad que se quiera importar en los productos cárnicos y quesos. Ello responde a una vieja reivindicación de los agricultores y ganaderos noruegos y se hace para favorecer a la producción nacional. No cabe duda de que esto supone una marcha atrás en toda regla a los acuerdos de la OMC que establecieron el arancel consolidado y es una decisión no compatible con los acuerdos actuales.
Además, la mayor parte de la MGA de Noruega adopta la forma de sostenimiento de los precios de mercado financiado por los consumidores, posibilidad que exprimen de forma casi completa hasta alcanzar una cifra de 9.650 millones de coronas sobre un límite 11.450.
Sorprendentemente todavía hay gobiernos dispuestos a proteger su sector productor agrario como un bien estratégico. Las protestas formales de la Comisión Europea han llegado a Oslo sin demora.
Los Presupuestos Generales del Estado para 2013 (PGE-2013), actualmente en el Congreso, se han presentado en el momento económico más crítico de la joven democracia española. Pivotan sobre la pesadilla de la reducción del déficit público para cumplir con las exigencias de nuestros socios europeos y apuntan hacia el “rescate” de la economía española, asfixiada por los 39.000 millones € (+34%) que en 2013 se pagarán en concepto de intereses de la deuda pública.
El conjunto de las Administraciones Públicas cerró el pasado año 2011 con un déficit público del 9,44% del PIB, muy alejado del 6% comprometido con Bruselas, lo que da una idea de la titánica tarea de reducir el déficit al 6,3% en 2012, al 4,5% en 2013 y al 2,8% en 2014, tal como se ha comprometido España con sus socios europeos.
El Gobierno plantea un escenario macroeconómico muy duro en 2013, con un decrecimiento del PIB del -0,5% y una destrucción de empleo del -0,2%. Se prevé que la demanda nacional se contraiga un -2,9%, frente a un incremento de las exportaciones del 6% y un descenso de las importaciones del -1,5%, es decir, el sostenimiento de la economía española se fía al buen comportamiento del sector exterior y, en concreto, a las exportaciones. La inflación prevista (deflactor del PIB) es del 1,6% y el nivel de deuda pública del conjunto de las Administraciones se situará en el 90,5% del PIB, el nivel más alto de la Democracia.
Para completar el escenario de 2013, resulta imprescindible abordar las previsiones del Gobierno para 2014 y 2015, años en los que se prevé un crecimiento del PIB del 1,2% y del 1,9% respectivamente, con lo que se cerraría este período de depresión económica. Esta futura recuperación se hace descansar fundamentalmente sobre fuertes tasas de crecimiento de las exportaciones españolas (por encima del 7%) y posibilitaría una pequeña mejora de las tasas de desempleo. Por tanto, la clave de la recuperación sería la mejora de la competitividad internacional de los bienes y servicios producidos en nuestro país.
El presupuesto de gastos del subsector Estado para 2013 asciende a 235.904 millones €, de los cuales las dotaciones no financieras son 162.106 millones € (+6,2%). La distribución económica del gasto de los Ministerios, excluidas las obligaciones de ejercicios anteriores, las aportaciones del Estado a la Seguridad Social y al Servicio Público de Empleo Estatal y la aportación al Mecanismo Europeo de Estabilidad muestra una caída del gasto de los Ministerios del –8,9% respecto a 2012. El montante total del gasto de los Ministerios es de 39.721 millones €, lo que deja al Estado reducido y con muy poco margen de maniobra.
En cuanto a las transferencias de la UE, España recibirá el año que viene 5.383 M€ de los fondos estructurales y de cohesión, 1.155 M€ del FEADER y 5.958 M€ del FEAGA. El saldo favorable final para el Estado Español será de 1.384 M€. La mayor parte de los pagos comunitarios se reciben como transferencias agrarias del FEAGA y del FEADER, sumando en total 7.000 millones € anuales, siendo la partida más estable año tras año.
Después de cerrar 2011 con un déficit de 100.000 millones € (9,44% PIB), los datos de ejecución presupuestaria del ejercicio 2012 nos indican que el objetivo de déficit del 6,3% se va a superar ampliamente, quedando por encima del 7%.
La mayor parte del gasto público está bloqueado o comprometido y los ahorros que se han hecho en las partidas ministeriales ya no pueden dar mucho de sí, a pesar de que ello ha conllevado el desmantelamiento de numerosos programas de actuación (como es el caso de los programas del Ministerio de Agricultura). Estamos hablando de un gasto ministerial para 2013 que no llega a 40.000 millones €, destinado a atender a la economía productiva y los servicios esenciales del Estado. El problema de estos ajustes es que los programas destinados a los sectores productivos se han desmantelado. Esta es la base de la política de crecimiento; y solo el incremento del PIB es capaz de hacer frente al círculo vicioso en el que ha entrado la deuda pública española.
Al final, la esperanza de recuperación económica descansa sobre el buen comportamiento previsto para el sector exterior. Ello supondría equilibrar la posición financiera española respecto al resto del mundo y estabilizar el montante total de la deuda externa (pública+privada), lo que no cabe duda que relajaría las actuales tensiones que sufre España en los mercados financieros.
El problema es que estas previsiones dependen de la resolución favorable de numerosas incógnitas en relación al crecimiento de la economía mundial y de la UE en los próximos años, la evolución de los tipos de cambio y la capacidad de los exportadores españoles para seguir incrementando su productividad. Y resultan contradictorias con el abandono que los presupuestos del Estado realizan en relación a los principales sectores productivos de nuestro país.
Por último, señalar el excelente comportamiento de las exportaciones del sector agroalimentario, con un incremento interanual del 8,57% en el mes de junio de 2012.
Como continuación del post que publicamos a finales de 2012 sobre El apoyo a la agricultura y los mercados internacionales, publicamos la presente actualización que recoge los últimos datos disponibles.
En el Acuerdo sobre la Agricultura de la Organización Mundial del Comercio (OMC) se distingue entre los programas de ayuda que estimulan directamente la producción y aquellos que se considera no tienen un efecto directo. Así, se acordó reducir las políticas nacionales que tienen efectos en la producción y el comercio (la llamada “caja amarilla”). Los Miembros de la OMC calculan la magnitud de la ayuda de este tipo que prestan anualmente al sector de la agricultura (utilizando una fórmula denominada Medida Global de la Ayuda Total o MGA Total) tomando como base el período 1986-88.
Por otra parte, están permitidos ciertos pagos directos a los agricultores en casos en que se les exija limitar la producción (“compartimento azul”). El Acuerdo define la “caja azul” como pagos directos realizados en el marco de programas de limitación de la producción si se basan en superficies y rendimientos fijos o si se realizan con respecto al 85% o menos del nivel de producción de base o si, en el caso de pagos a la ganadería, se conceden a un número de cabezas fijo.
Las medidas que tienen efectos mínimos en el comercio se pueden aplicar libremente y están incluidas en el “compartimento verde”.
La última notificación de ayuda interna presentada por la delegación de la Unión Europea en la OMC (G/AG/N/EU/20) contempla la campaña de comercialización 2011/2012 y a partir de ella hemos elaborado el siguiente cuadro.
Observamos que la UE ya tiene el 88% de su ayuda interna en el “compartimento verde” y que la MGA Total se ha reducido a 6.859 millones €, muy por debajo del compromiso establecido en el Acuerdo sobre la Agricultura de la OMC de 72.244 millones €. El apoyo interno en la UE se ha transformado paulatinamente a lo largo del tiempo hacia las medidas “verdes”, tal como observamos en la siguiente gráfica.
Pero ¿Qué está sucediendo en otros países?