Este blog se plantea el objetivo de ver más allá en cuestiones de agricultura y alimentación, a modo de foco que nos permita iluminar el camino por el que transitamos cada vez a mayor velocidad.  Para lograr esto algunos recurren a los videntes y las ciencias ocultas, otros se dejan llevar por la intuición y los presentimientos o la tormenta de ideas en torno a una taza de café, pero nosotros preferimos basarnos en cifras, en tendencias, en proyecciones, incluso en imágenes parciales de una realidad compleja.  No obstante, somos conscientes de que muchas veces estamos, simplemente, especulando (al menos, nótese que de forma documentada).

Por este motivo nos encanta acceder a documentos como Global Trends 2030, que despiertan nuestra imaginación y nos permiten ver mundos alternativos.  Desgraciadamente, con total seguridad, al final el mundo no será cómo aquí se dibuja, por lo que aconsejamos, después de dejar volar la imaginación, volver inmediatamente al mundo real.  Como curiosidad, el propio informe describe cisnes negros, sucesos inesperados que lo podrían cambiar todo: pandemia catastrófica, aceleración del cambio climático, colapso del euro, democratización o colapso de China, la evolución de Irán, guerra nuclear/ciberataques, tormenta solar geomagnética o retraimiento del poder de EE.UU.

El pasado diciembre de 2012 el National Intelligence Council (NIC) de los EE.UU. publicó su informe Global Trends 2030: Alternative Worlds.  El NIC es el órgano de pensamiento estratégico de la inteligencia de los EE.UU. y su nexo con el mundo político.  Uno de sus informes más importantes es el llamado Global Trends, elaborado para la toma de posesión del Presidente de los EE.UU., siendo Global Trends 2030 el 5º informe de la serie.  Estos informes estratégicos orientan la toma de decisiones políticas, identificando elementos críticos y escenarios alternativos que conformarán el mundo en el medio-largo plazo.

El informe Gobal Trends 2030 prevé una transformación radical de nuestro mundo para el año 2030 e identifica cuatro megatendencias que implicarán enormes cambios estructurales.  Son las siguientes:

  1. Incremento del poder de los individuos: es algo que se acelerará en los próximos 15 años con la emergencia de una clase media a escala global que constituirá una mayoría dentro de la población mundial y el uso de las nuevas tecnologías.
  2. Difusión del poder de los Estados, con el declive de América del Norte y Europa y la emergencia de Asia y otros países emergentes.  Para 2030, China será la principal economía del Planeta sobrepasando a los EE.UU.
  3. Cambios demográficos: para 2030 el mundo contará con 8.300 millones habitantes que contemplarán una sociedad mucho más envejecida (especialmente en Occidente), grandes migraciones y creciente urbanización del mundo en desarrollo.
  4. Creciente vinculación entre alimentos, agua y energía, así como incremento en la demanda de alimentos (+35%), agua (+40%) y energía (+50%), debido al aumento de la población mundial y a los patrones de consumo de una clase media en expansión.

Aunque los enormes cambios que se derivan de las megatendencias son suficientes para haber transformado el mundo hacia 2030, el informe identifica también 6 desafíos radicales que serán claves en la conformación del mundo en los próximos lustros:

  • La resolución de la crisis de la economía global: ¿Nos llevarán las divergencias entre las distintas economías a un colapso o bien, el desarrollo de múltiples centros de crecimiento económico incrementará la resistencia del orden económico global?
  • La brecha en la gobernanza: ¿Podrán los gobiernos e instituciones internacionales actuales ser capaces de adaptarse con suficiente rapidez para aprovechar estos cambios en lugar de ser sobrepasados por los mismos?
  • El incremento del potencial de conflictos: ¿Inducirán los rápidos cambios y vuelcos de poder más conflictos dentro de los países y entre los países?
  • Amplio espectro de inestabilidad regional: ¿Crearán estas dinámicas una mayor inestabilidad global, especialmente en Oriente Medio y el Sur de Asia?
  • El impacto de las nuevas tecnologías: ¿llegará a tiempo el desarrollo de nuevas tecnologías para afrontar un incremento de la productividad económica, así como afrontar los problemas causados por la escasez de recursos, el cambio climático, las enfermedades crónicas, el envejecimiento de la población y la rápida urbanización?
  • El papel de los Estados Unidos: ¿Serán capaces los EE.UU. de  colaborar con otros países para reinventar el orden internacional, asumiendo nuevos roles en un orden mundial más horizontal?

A partir de todo esto, el informe elabora cuatro escenarios que serían las posibles salidas que el Planeta adoptaría para 2030.  No vamos a profundizar en ellas, sino en el análisis de la megatendencia que mayor trascendencia tiene para la agricultura y la alimentación.

CRECIENTE  VINCULACIÓN  ENTRE  ALIMENTOS,  AGUA  Y  ENERGÍA

Para el NIC, la creciente vinculación entre alimentos, agua y energía, en combinación con el cambio climático, tendrá efectos de largo alcance sobre el desarrollo global en los próximos 15-20 años.  El incremento de la población mundial, la extensión de la clase media y la urbanización, incrementarán la presión sobre recursos críticos, particularmente agua y alimentos.  También la seguridad de suministro de agua y alimentos se verá comprometida por el cambio climático.

El informe se muestra convencido de la necesidad de ser proactivos para evitar escasez en el futuro, mejorando la gestión, los mecanismos políticos y el uso de las tecnologías.  Llama la atención sobre la inexistencia de marcos internacionales efectivos que eviten los embargos a la exportación, que muchas veces exacerban los problemas de suministro de alimentos.

Considera que no se pueden abordar los problemas de uno de estos recursos por separado sin tener en cuenta los otros dos, por ejemplo, la agricultura depende en gran medida del acceso al agua y a la energía (por ejemplo fertilizantes).  En cuanto a los biocombustibles, consideran que amenazan con exacerbar los efectos de las crisis alimentarias.

Si hacemos una extrapolación de las tendencias de consumo per cápita, obtenemos que la demanda de alimentos crecerá un 35% para 2030.  Sin embargo, el mundo ha consumido más alimentos de los que ha producido en 7 de los últimos 8 años.  Las necesidades de agua aumentarán un 40% para 2030 y cerca de la mitad de la población mundial vivirá en zonas con estrés hídrico.  El desarrollo económico en los países emergentes conducirá a una dieta con más proporción de carnes, lo que implicará mayor necesidad de grano y mayor presión sobre el agua (el agua requerida para producir carne es mayor que su equivalente en grano u otros vegetales).  La rápida urbanización también competirá por los recursos básicos de agua y tierra.  A ello hay que añadir la presión de la producción de biocombustibles.  Otro aspecto esencial que condicionará la disponibilidad de alimentos y agua es el cambio climático.

Dada la limitada disponibilidad de nueva tierra agrícola, la mejora de la eficiencia productiva será esencial para abastecer las necesidades globales de alimentos.  No obstante, el informe observa grandes riesgos para que la producción agraria pueda satisfacer la demanda emergente, lo que tendría evidentes repercusiones económicas, sociales y geopolíticas (especialmente preocupante como detonante de un descontento social preexistente).  También prevé un incremento del precio de los alimentos, así como una mayor volatilidad.  Los más afectados por esta situación serían los países pobres importadores de alimentos (Bangladesh, Egipto, Sudán).

En cuanto a la energía, los expertos están seguros de un dramático incremento de la demanda del 50% en los próximos 15-20 años.  Las esperanzas están puestas en el desarrollo de producciones no-convencionales de petróleo y gas, que ya empiezan a ser significativas.  De tal forma que ya se empieza a hablar de la independencia energética de los EE.UU. en 10-20 años.  El gran problema de este tipo de explotación es su gran impacto ambiental. (Véase el post en este blog “¿Qué sucede con el petróleo?”).