A mediados de este mes de febrero el Presidente Obama, José Manuel Durao Barroso  y Herman Van Rompuy anunciaron el inicio de las negociaciones para lograr un Acuerdo Trasatlántico de Comercio e Inversión entre los EE.UU. y la UE.  Estas negociaciones se lanzan sobre la base del Informe Final del Grupo  de Trabajo Conjunto de Alto Nivel sobre Empleo y Crecimiento.

El objetivo de este Acuerdo será eliminar aranceles, abrir los respectivos mercados a la inversión, los servicios y los contratos públicos, pero principalmente busca homogeneizar estándares y requisitos para comercializar bienes y servicios.  La adaptación a los requisitos técnicos, medioambientales, sanitarios, legales o de cualquier otro tipo supone una barrera “no arancelaria” al comercio y la inversión mucho más desalentadora que el propio arancel.  La UE y EE.UU. se han dado un plazo de dos años para abordar cuestiones que han provocado enorme controversia estos últimos años, afectando algunas de ellas de forma directa al sector agrario, como los Organismos Modificados Genéticamente (OGMs) y la carne de ganado alimentado con hormonas de crecimiento.

Aunque no se le ha dedicado demasiado espacio en los medios, ni ha sido objeto de análisis detallados, esta noticia  es de una gran importancia estratégica y va a determinar el curso del proceso en el que estamos inmersos y que se conoce como globalización.  Por este motivo, son imprescindibles algunas reflexiones, que en este post serán de tipo general:

  • Una vez alcanzado el acuerdo de libre comercio entre la UE y EE.UU., es previsible su extensión inmediata a toda Norteamérica a través del acuerdo NAFTA (Canadá y México) y al resto de Europa mediante el acuerdo EFTA.
  • El Acuerdo Trasatlántico de Comercio e Inversión sería la respuesta de Occidente al declive que está sufriendo en el marco de la economía global a favor de las economías emergentes. Según la OCDE, sobre la base de paridad de poder de compra en 2005, el PIB de China e India pronto superará al de los países del G-7. En 2060, el PIB de China y la India superará el PIB total de todos los miembros actuales de la OCDE.  Adicionalmente otros datos y proyecciones nos muestran cómo están evolucionando el comercio y el PIB a nivel mundial, algo que resulta muy preocupante para las potencias occidentales hegemónicas.  Por último, podemos ver que se prevé una explosión de la clase media en las economías emergentes, específicamente China. (Ver documentos adjuntos a este post).
  • El funcionamiento institucional de este futuro acuerdo de libre comercio plantea numerosos interrogantes para la UE, teniendo en cuenta la debilidad política de la Unión y su escasez presupuestaria (el presupuesto comunitario es 20 veces inferior al estadounidense).  La UE se está enfrentando a un reto histórico sin disponer de los instrumentos adecuados para afrontarlo adecuadamente, sometida a una parálisis del proyecto europeo y un cada vez más extendido euroescepticismo (a su vez cebado por el abandono del proyecto de construcción europea).  ¿Se conformará la UE con un papel subordinado a los EE.UU.?
  • El objetivo del acuerdo es eliminar las barreras al comercio entre los dos grandes bloques.  Quizá lo que va a resultar más sencillo es eliminar los respectivos aranceles y contingentes a la importación de mercancias (las barreras arancelarias medias están en el entorno del 5%).  El gran desafío reside en las barreras no arancelarias y los elementos regulatorios: medidas sanitarias y fitosanitarias, reconocimiento mutuo de certificaciones técnicas, derechos de propiedad intelectual, derechos laborales, medioambiente, política de competencia, empresas estatales y múltiples elementos de carácter regulatorio que afectan al comercio y la economía.
  • El comercio internacional es el vértice dónde convergen la economía, el derecho internacional y la política estratégica de las naciones y los bloques y alianzas.  El comercio internacional es también uno de los elementos esenciales (no el único) que caracterizan lo que llamamos globalización.   Una vez paralizada la Ronda Doha de la OMC, podemos analizar esta negociación para la creación de un gran bloque de libre comercio como una alternativa para establecer un orden mundial que determine el flujo de bienes y servicios en nuestro Planeta y también como un intento de preservar la supremacía económica, tecnológica y militar de las potencias occidentales, en concreto, los EE.UU.
  • Para finalizar, nos preguntamos qué país del mundo se arriesgará a quedarse sin acceso de este gran Mercado Trasatlántico si finalmente se establece.  ¿Qué país estará en condiciones de rechazar los elementos regulatorios exigidos para el acceso de bienes y servicios?  Estos elementos regulatorios los van a decidir en exclusiva la UE y los EE.UU. y serán cada vez más exigentes, detallados y ambiciosos.  ¿Buscarán las potencias emergentes una alianza estratégica para contrarrestar este movimiento de las potencias occidentales?  ¿No estamos asistiendo, por primera vez, a una voluntad expresa de encauzar la globalización?

Desde la Reforma de la PAC de 1992, la UE ha estado reduciendo su apoyo a los precios agrícolas y los pagos directos ligados a la producción. De tal forma que los precios internos europeos convergen progresivamente con los precios mundiales de las materias primas agrícolas.  Asimismo la ayuda interna notificada por la UE a la Organización Mundial del Comercio (OMC) se ha reducido también considerablemente: en la campaña 2007, la UE ha notificado una Medida Global de Ayuda Total Corriente (MGA) de 12.354 millones €, cuando el límite comprometido es de 72.244 millones €.

Se puede observar en el gráfico anterior cómo la UE, a partir de 2004 con la puesta en marcha de la Reforma Intermedia de la PAC, ha ido transformando su “caja azul” (pagos por hectárea y cabeza de ganado) en “caja verde” (Régimen de Pago Único por explotación), es decir, medidas que según la OMC tienen efectos mínimos de distorsión sobre el comercio y se pueden aplicar libremente.  A su vez el apoyo ligado a los precios ha continuado descendiendo.  Cómo los últimos datos notificados corresponden a 2007 no contemplan el comienzo de la crisis alimentaria y la consiguiente subida de precios de las materias primas agrarias que continúa hoy día.  Por tanto, la actual MGA Total Corriente de la UE sería en el ejercicio actual muy inferior a los 12.354 millones € notificados en 2007.  En consecuencia, la UE tiene un margen de más de 50.000 millones € para articular libremente el apoyo a la agricultura dentro de los compromisos suscritos en la OMC.


Vistos estos datos, resulta sorprendente la insistencia de algunas instituciones comunitarias, a pesar de que la Ronda Doha de la OMC está bloqueada, en supeditar la actual Reforma de la PAC a un encuadre estricto de cualquier apoyo a la agricultura dentro de la “caja verde” de la OMC.  Nos referimos concretamente a un elemento esencial de la Reforma de la PAC 2013, la definición de agricultor activo.  Para España resulta esencial que los apoyos se focalicen en la agricultura productiva y profesional, que en los últimos años sufre una fuerte crisis que está poniendo en peligro su viabilidad económica.  Tenemos más de 900.000 perceptores de pagos de la PAC, mientras países como Francia o Alemania no llegan a los 400.000.  Esto supone una distorsión importante que pone a nuestras explotaciones agrarias en inferioridad de condiciones respecto a las francesas y alemanas.


Así, la definición de agricultor activo que ha planteado la Comisión Europea en su propuesta de Reforma de la PAC es totalmente ineficaz, ya que no considera los ingresos que el agricultor obtiene de la actividad comercial agraria, porque según aduce, este requisito infligiría el criterio exigido en la “caja verde” de la OMC.  Una definición muy sencilla es la correspondiente a agricultor profesional: alcanzar un umbral de ingresos de la actividad comercial agraria equivalente al 25% de los ingresos totales.  Definición que estamos utilizando para asignar algunas ayudas de desarrollo rural en el marco del segundo pilar de la PAC y que se declaran como “caja verde”.  En suma, entendemos que la definición de agricultor profesional no tiene por qué colisionar con los criterios de la “caja verde” de la OMC y así podría ser notificada sin mayor problema.  En todo caso, esta notificación debería ser impugnada por alguno de nuestros socios comerciales y considerada no conforme a los acuerdos por un panel de expertos, y aún así, estaríamos dentro del límite comprometido por la UE para su MGA Total Corriente.

Contrasta todo esto con la siguiente noticia aparecida recientemente (VER).  En ella se informa de que el Gobierno noruego se propone cambiar el actual arancel de tasa fija por Kg. a un sistema de aranceles de porcentajes variables según la cantidad que se quiera importar en los productos cárnicos y quesos.  Ello responde a una vieja reivindicación de los agricultores y ganaderos noruegos y se hace para favorecer a la producción nacional.  No cabe duda de que esto supone una marcha atrás en toda regla a los acuerdos de la OMC que establecieron el arancel consolidado y es una decisión no compatible con los acuerdos actuales. 


Además, la mayor parte de la MGA de Noruega adopta la forma de sostenimiento de los precios de mercado financiado por los consumidores, posibilidad que exprimen de forma casi completa hasta alcanzar una cifra de 9.650 millones de coronas sobre un límite 11.450.


Sorprendentemente todavía hay gobiernos dispuestos a proteger su sector productor agrario como un bien estratégico. Las protestas formales de la Comisión Europea han llegado a Oslo sin demora.